Aún tenemos alegres esperanzas
para el día vacilante que comienza.
Seguramente conoceremos
algo que valía la pena
y que ayer no podíamos sospechar.
Saldrá el sol
después de tanta lluvia
y no faltará la mirada
que nos queme el corazón
en una esquina imprevista.
Incluso en la negrura
más absoluta
brillan las luciérnagas.
Poema de la serpiente, Rafael Argullol
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